Wabi-sabi es mucho más que un estilo de diseño. Es una noción amplia de una filosofía de vida, que el mundo ha tomado del lejano Japón. Comprobamos qué significa, por qué es tan popular, por qué se encuentra en tantos lugares y por qué también se utiliza en el interiorismo polaco.
Wabi-sabi significa ante todo vivir en armonía con la naturaleza y aceptar el paso del tiempo. La filosofía se define por llegar al interior de uno mismo, minimizando la necesidad de posesiones. En interiorismo, se traduce en apreciar el encanto de los objetos con alma, que, aunque lleven claras huellas de uso, pueden seguir cumpliendo su función y, gracias a su naturaleza experimentada, añadir alma a los espacios.
Wabi-sabi en interiores
La idea del wabi-sabi es totalmente contraria a la búsqueda de la perfección en los interiores. Se aceptan arañazos, abolladuras y grietas. Lo que no es aceptable es el caos y el desorden. La vida modesta, desprovista de excesos, nos enseña a experimentar más profundamente lo que es más importante y a disfrutar de la vida cotidiana.
El wabi-sabi encuentra perfectamente su lugar en los objetos de segunda mano y la artesanía. Lo hecho a mano, aunque nunca es idéntico ni perfecto, tiene una belleza interior que procede del esfuerzo de la persona que lo ha fabricado.
La simple idea de armonía
Los interiores wabi-sabi están desprovistos de glamour, ornamentación y cualquier cosa a la que no se haya dado una función utilitaria específica. Los elementos de diseño están pensados para hacer la vida cómoda, pero el estilo wabi-sabi sólo acepta lo que está cerca de la naturaleza: madera en bruto, ladrillo, hormigón, papel, pero puede complementarse con éxito con accesorios de cristal y metal sin complicaciones.
El esquema cromático wabi-sabi gira en torno a la naturaleza. Por tanto, es en vano buscar elementos brillantes o motivos florales. Más bien nos dirigimos hacia el marrón, el beige, el gris, el negro o el blanco.
En wabi-sabi nos sentimos bien
Esta simplicidad funcional tiene muchas ventajas. Gracias a la disposición aparentemente ascética, los interiores son luminosos, claros y propicios a la relajación. Gracias a esta sencillez, el estilo wabi-sabi también es bastante fácil de arreglar y no plantea problemas a la hora de seleccionar accesorios y crear composiciones. A este respecto, basta básicamente con atenerse al concepto de formas simples y orden espacial.
Muebles y accesorios wabi-sabi
Un interior de estilo wabi-sabi ayudará a crear muebles de madera de líneas rectas, paredes de colores claros, accesorios de hormigón, tejidos naturales en forma de cortinas o colchas, una alfombra de tejido grueso en colores naturales y mucha luz. La iluminación tiene una gran importancia en el wabi-sabi.
La lámpara de techo Katilu un ejemplo perfecto de cómo componer armoniosamente la modernidad con la filosofía del país de los cerezos en flor. La pantalla mate, de líneas sencillas, se integrará a la perfección en un ambiente wabi-sabi. La luz difusa añadirá luminosidad en el salón, el comedor, el dormitorio o la cocina; quedará igual de bien en cualquier interior. Suspendida del techo y cayendo en línea recta, la pantalla no será ciertamente la decoración que ocupe el primer plano del arreglo, pero, en consonancia con el concepto wabi-sabi, lo complementará a la perfección, aportando mucha luz cálida.